La diferencia principal entre un seguro a todo riesgo y uno a terceros son las coberturas de daños propios, es decir, el primero cubrirá los golpes realizados por el propio conductor en su vehículo, mientras que el seguro a terceros se hará responsable de los daños causados a terceros y sus bienes. En este caso, los daños del propio vehículo corren de su cargo, o en caso de colisión, del seguro del otro vehículo.

Los seguros a todo riesgo son ideales para los coches nuevos, ya que se hacen cargo de daños propios y a terceros, además de vandalismo, incendios, choques… Estas coberturas son esenciales durante los primeros años del coche, pero éste irá perdiendo valor a medida que

Cuándo elegir un seguro a terceros

Es recomendable elegir este tipo de seguros cuando el coche ya tiene unos cuantos años, ya que a partir de los tres años, los vehículos comienzan a depreciarse y perder valor venal. Cuando alcanzan los 5 años de antigüedad la indemnización por siniestro, es bastante baja por lo que al conductor no le compensa continuar con un seguro a todo riesgo. En estos casos, puede contratarse un seguro a todo riesgo con franquicia durante los siguientes 5 años y hasta que el coche cumpla los 10 años. Llegados a este punto, la mejor opción es optar por un seguro a terceros ampliada o una póliza a terceros.

En este caso también tienes la opción de contratar un seguro a terceros ampliado. Es un seguro de Responsabilidad Civil, pero que cuenta con coberturas adicionales para cubrir las necesidades del asegurado en caso de robo, incendio o rotura de lunas… Tiene un precio económico y puede emplearse en coches que ya tienen algunos años, pero en los que quieres disfrutar de las mejores coberturas.